jueves, 15 de septiembre de 2011

LA IGLESIA vs. ISRAEL

                 
No recuerdo el momento exacto, y menos aun el día, pero en algún momento, hace muchos años atrás, tal vez 30 años o mas, estudiando en un seminario bíblico en Buenos Aires, Argentina, algo comenzó a cambiar en mi. Una de las materias a cursar era historia bíblica,entonces  comencé a tener algún conocimiento, que no tenia, del pueblo escogido por Dios, Israel.   A tal punto fue mi asombro, o mejor dicho, mi descubrimiento de este pueblo, que me enamore de Israel.   Con el impulso de un muchacho de 18 o 19 años, fui a hablar con un pastor-rabino (algo raro para mi, que ni idea tenia de lo que era un grupo llamado mesiánico, tal vez ni así se llamaban) para decirle que me quería ir a vivir a Israel.   Luego con el transcurso de los años, y con el compromiso de la iglesia local, todo esto comenzó a quedar de lado, pero nunca a olvidarlo.    Por supuesto que muchísimas cosas han pasado durante este tiempo, pero hoy, 30 años después,vuelve a surgir este sentimiento, esta necesidad, este amor, pero esta vez no es por un seminario ni por una entidad en particular, porque entre esas muchísimas cosas que pasaron, ya no estoy mas en mi país, ni siquiera en Argentina, hoy, muy lejos, en Estados Unidos de Norteamérica, comienza a brotar nuevamente en mi esta inquietud  por este pueblo, que fue el depositante de la bendita , eterna, e inamovible,  palabra de Dios. ¿ Y quien fue la responsable de que brotara nuevamente en mi este deseo y sed del conocimiento de este pueblo?   LA IGLESIA. el gran desconocimiento de parte de la iglesia para con este pueblo, la abismal separación que hoy es palpable en la gran mayoría de los pulpitos, las mentiras que se han dicho y enseñado durante tanto tiempo, y no me refiero a la iglesia contemporánea, aunque esta incluida, sino al transcurso del tiempo y los años,  las maquiavélicas traducciones biblicas , que hoy en dia florecen como cualquier pasto silvestre, y lo peor, pertenecer a una iglesia, cualquiera sea la denominación, y decir que uno quiere acercarse al judaísmo para conocer mas de nuestras raíces, conocer mas de nuestro Mesias y Salvador, Yeshua(Jesus),es automáticamente tildado de Judio, y observado de costadito, no sea cosa que este sea la base de una separación en la iglesia.   Por todo esto, y mas, es que comienzo a investigar, a aprender ( y recién empiezo), y a compartir, y desde hace unos cuantos meses atrás, y he sentido de parte del Señor compartirlo a travez de lo que vengo haciendo como medio de vida, esto es los medios audiovisuales. Lo único que persigo es que todo esto sea de gran bendición y que ponga el nombre de nuestro único y verdadero Dios bien en alto.


  
Al observar hoy en dia  a Israel  y a la iglesia, vemos con toda claridad dos entidades totalmente separadas e independientes una de la otra.  Han pasado muchas cosas en el transcurso de estos últimos 2000 años (desafortunadas, preparadas, premeditadas, etc) y esta claro  que, tanto la Iglesia como la Sinagoga se sienten satisfechos con esta  separación, y no existe ningún indicio ,de  ninguna de las dos partes, de tener el mas minimo deseo de acercamiento.  En efecto, cualquier idea de cambio haría sentirse incómodo a cualquiera de ambos grupos.   Entonces, es aquí donde comienzan las preguntas lógicas,  ¿fue esto siempre asi?,  y si no fue asi,  ¿Cómo y cuando surgió esta separación?  , ¿quien fue el responsable de todo esto?  , ¿fue esto idea de Dios o de los hombres, o mejor dicho, de la infatigable  ambicion humana?  Y asi como estas , sumándose a estos interrogantes, comienzan a surgir muchas preguntas mas , de las cuales el mayor porcentaje, por no decir todas, tienen una respuesta.  Para lograr que estas respuestas sean satisfactorias y claras, es necesario recurrir a la historia, a historiadores de la  época , a diferentes escritos (apócrifos), y recién ahí, comenzar a armar este rompecabezas, que no es un mero capricho, sino que fielmente creemos que Dios concibió estas dos entidades para estar juntas.
 Es en Jerusalén donde nace y se establece la primer iglesia. La misma estaba integrada exclusivamente por individuos de origen judío. De nuestro estudio del libro de los Hechos se desprende que los integrantes de la iglesia eran judíos observantes de la Torah en todo el sentido de la palabra. Evidentemente, estos creyentes adoraban, oraban y hacían culto en el Templo, “Y cierto día Pedro y Juan subían al templo a la hora novena, la de la oración.”1 Estos creyentes estudiaban en las sinagogas, “mas ellos, saliendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y en el día de reposo entraron a la sinagoga y se sentaron.”2 Resulta claro y obvio que los creyentes de la primera iglesia participaban en forma cotidiana su vida judía aunque individualmente eran diferentes. Cada quien había experimentado el poder del Espíritu Santo de Dios atrayéndolos ante Su presencia logrando el magnifico disfrute de sentir comunión con Dios. Milagros notables aparecen por intermedio de estos primeros creyentes. Todos pertenecían a la secta denominada El Camino3 y el nombre deja implícito eso mismo, el camino o vía de comunión directa con Dios. El Mesías Jesús declaró, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”4 La primera iglesia experimenta una impresionante comunión con Dios en el Mesías Jesús.
Concluimos entonces que la primera iglesia de Jerusalén aparece en el centro de la más grande comunidad Israelí, aunque es apartada de Israel por medio de una especial y única unción otorgada por Dios. Fue elección de Dios escoger a la Iglesia para distinguirla de Israel siguiendo la Iglesia en esta posición entre dos y diez años. Durante este tiempo, se suscitan conflictos entre los líderes de la secta del Camino (Iglesia) y los líderes de las otras sectas. No obstante, en ese entonces era muy común el antagonismo entre las diversas sectas judías.
La segunda medida importante tomada por Dios para separar o distinguir aún más la Iglesia de Israel sucede en Cesarea.5 Un centurión gentil de nombre Cornelio recibe una visión de Dios para comunicarse con el discípulo Pedro. Dios expresamente interviene paralelamente con otra revelación a Pedro convenciéndolo de ir a visitar el hogar de Cornelio. Pedro así lo hace, y al predicarle a Cornelio sobre Jesús, la familia toda del centurión recibe la misma sólida unción recibida anteriormente por los discípulos judíos en Yom Hashavuot (Día de Pentecostés).
“Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje. Y todos los creyentes que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, pues les oían hablar en lenguas y exaltar a Dios”6
Los creyentes de origen judío presentes en el hogar de Cornelio se asombrarían al ver como Dios derramaba esta unción distintiva sobre los creyentes de origen Gentil. Pedro, al confrontar el hecho, claramente comprende el hacer de Dios y recibe a los gentiles bautizándolos de inmediato. Este evento es trascendental debido a que estos Gentiles fueron libremente aceptados dentro de la comunidad judía o secta del Camino sin tener que cumplir los pasos acostumbrados de conversión requeridos por las Escrituras para un gentil a fin de ser aceptados finalmente en Israel. Como resultado se generará un gran conflicto.
Tiempo después, la Iglesia empezará a abrirse paso o extenderse entre los judíos de la diáspora o dispersión. Por todo el Imperio Romano el apóstol Pablo encabeza diversos viajes misioneros obteniendo muchos frutos al establecer un importante número de iglesias en las comunidades y ciudades Gentiles. Casi todo el Nuevo Testamento se compone de las cartas dirigidas por Pablo a las nuevas iglesias establecidas. En ese entonces, la Iglesia se auto-consideraba y era vista por los demás como parte integral de Israel, es decir, la Iglesia era una secta perteneciente al judaísmo, aunque la distinción o diferencia entre Israel y la Iglesia resultaba mas que evidente para todos.
Dios fue en conclusión, quien soberanamente establece la diferencia entre la Iglesia e Israel. La nación de Israel quedó santificada ante el resto de las naciones gracias al pacto hecho por Dios con anterioridad con Israel. La unción de Dios recibida por la Iglesia la santificó aun más distinguiéndola de Israel. Mas adelante explicaremos que Dios hizo todo esto con el fin de proveer en Israel de un vaso de unción complementario de Su accionar a través de Su pueblo. No creemos que la intención de Dios fuera iniciar un grupo completamente separado sin relación de identidad y funcionabilidad con Israel.
Los acontecimientos históricos mundiales también jugarían un papel importantísimo en la separación de la Iglesia. Desde los tiempos de Pompeyo (64 AC) Israel había sido sometida al dominio imperial Romano. Existían muchos en Israel ansiosos de destronar el dominio de Roma para poder conseguir un Estado Judío independiente. En el año 66 DC el grupo de los Zelotes obtiene cierta ventaja y estalla una guerra.7 Eventualmente, los ejércitos del imperio sitiarían Jerusalén cumpliendo a la letra la profecía dicha por Jesús cuarenta años antes,
 "Pero cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación está cerca. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella; porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas”. 8
Jesús expresamente instruye a Sus seguidores escapar al ver acercarse tal evento. Los discípulos así lo hicieron. Pero la comunidad israelí en general ve esta acción de los discípulos de Jesús como una traición. El emperador arrasa Jerusalén y el Templo, asesinando y capturando multitudes en Jerusalén y Judea. El conflicto entre Roma e Israel persistiría los próximos sesenta y cinco años hasta que Adriano finalmente logra someter a Israel al reprimir violentamente “la Rebelión de Bar Kochba”.
Los años comprendidos entre el 66 DC y el 135 DC fueron los más difíciles tanto para Israel como para la Iglesia. La destrucción de Jerusalén y el Templo, instrumento que servia de importante conexión o relación unificadora entre ambos grupos, la Iglesia e Israel, se había roto. La fuerte e intensa persecución de judíos como cristianos obligó a ambos grupos a desarrollar una actitud de defensa entre ellos. El pueblo judío no podía pasar por alto la traición o abandono de la Iglesia durante los duros tiempos de la rebelión en contra de Roma. Paralelamente, la Iglesia empieza a descubrir lo ventajoso que le resulta ser independiente de Israel y comienza a abrazar una identidad universal (católica, no-nacional).
Al asumir las posiciones de liderazgo los hombres  de origen gentil de la Iglesia, el vínculo con Israel se debilita aún mucho más. Leemos en la epístola de Ignacio a los Magnesios escrita alrededor del año 110 DC, que pronto el día del Shabat sería ignorado animándose la Iglesia a celebrar la adoración de Dios el primer día de la semana. “Porque si ellos que vivían conforme a las antiguas leyes no obstante han venido a la nueva esperanza, no observando ya el Shabat, sino el día del Señor, día en que alboreó nuestra vida por El y por su muerte, la cual aun algunos niegan.”9 Se le llamó Día del Señor a raíz de la resurrección de Jesús ocurrida ese día de la semana. Pronto, se vería al pueblo judío desarraigado o cortado del plan Divino y nacería el argumento teológico que la iglesia había reemplazado a Israel convirtiéndose ahora en el “Nuevo Israel”. Con el pasar de los años, el resto de las festividades o fiestas bíblicas se reemplazaron por otras celebraciones cristianas.
Por último, en la era del emperador Constantino, la iglesia lograría establecer su concepto sobre el ser de Dios. Se cambia la visión Divina del Santo de Israel que unge Su único Mesías por medio de Su Ruah Hakodesh (Espíritu Santo) para luego con el mismo espíritu ungir Su vaso escogido (la Iglesia), y se re-define la visión de Dios ahora como Santísima Trinidad Mística (tres manifestaciones coexistentes e iguales que componen el Ser de Dios). Debido a que semejante definición es directamente contraria a la revelación mostrada por la Biblia, la Iglesia sella en definitiva la separación existente entre la Iglesia e Israel.
Con la destrucción del Templo, Israel replantea su obrar y fe. Para el 200 DC se escribe la interpretación oral de la Ley, el Mishna. En los próximos siglos la Gemara complementaría el Mishna para formar el Talmud La adoración que anteriormente se llevaba a cabo en el templo ahora se ejecutaría en la sinagoga además de cada hogar judío. Israel se preparó muy bien para sobrevivir el exilio.
Así, hoy, podemos observar dos entidades en el mundo: la Iglesia y la Sinagoga. Cada entidad niega su conexión con la otra; ambas se sienten confortables en estar apartadas. Pero es obvio que Dios nunca quiso ni propuso tal separación. De acuerdo con la exhortación de Pablo a los Romanos, la Iglesia deberá verse a sí misma injertada en el rico olivo natural que es Israel o en su defecto será cortada. Pablo dijo específicamente a la Iglesia,
“No seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a ti. Dirás entonces: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. Muy cierto; fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.” 10
En otra parte, Pablo describiría a los creyentes formando parte de “la Ciudadanía de Israel”.11 Es claro que la intención de Dios es que la Iglesia comparta una identidad común con Israel. La Iglesia debía ser una extensión pura de Israel distinguiéndose por la unción de Dios recibida, pero siempre en unidad, integrada en propósito e identidad. Dios nunca concibió dos árboles de olivo. Pensó en uno solo y este es Israel. Olivo enraizado en pacto, Torah, tierra y pueblo, madurando en unción con el objetivo global de introducir el Reino de Dios al mundo. Hoy, Dios llama a la Iglesia al arrepentimiento de adoptar una identidad diferente y separada. Dios llama a la Iglesia a humillarse reconociendo sus orígenes, lazos y relación con Israel, su verdadera “Raíz Hebrea”.
                                                                                            Shalom. 


1 Hechos 3:1
2 Hechos 13:14
3 Hechos 9:2
4 Juan 14:6
5 Hechos 10
6 Hechos 10:44-46a
7 Marvin Wilson, Our Father Abraham, Grand Rapids and Dayton, 1989, pg. 75
8 Lucas 21:20-22
9 Ignacio a los Magnesios 3:3
10 Romanos 11:18-21
11 Efesios 2:12
 

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