jueves, 29 de septiembre de 2011

CREMACION, ES UNA PRACTICA ACEPTADA ?



En la Toráh (Ley) no se prohíbe explícitamente la cremación de cadáveres, y la Biblia en general habla muy poco de ello. Sin embargo la cremación es una práctica prohibida en el judaísmo, porque hay suficiente base bíblica para prohibirla.
 
1. En Josué 7:25   se menciona la cremación de cadáveres.  Pero en este caso se trataba de los cadáveres de  Acán y su familia. Estas personas eran impías.
2. En 1 Reyes 13:2   un profeta anónimo de Judáh predice que Josías mataría a los sacerdotes de Baal y quemarían sus huesos (o sea, sus cadáveres).
3. En 2 Reyes 23:16   se relata el cumplimiento de esa profecía cuando Josías saca los huesos de los sacerdotes impíos y los quema sobre el altar para contaminarlo.
4. En Amós 2:1   Yahwéh condena a Moab "porque quemó los huesos del rey de Edom..."
 En la Jerusalem antigua había un crematorio (el Gehinóm) donde se quemaban los cadáveres de los animales,  de los asesinos y otros delincuentes que sufrían la pena capital. Nunca se quemaba en aquellos tiempos los cadáveres de los fieles. El Maestro usó ese crematorio como símbolo de destrucción eterna para los impíos.
De manera que las pocas menciones que hace la Escritura de la cremación de cadáveres relaciona la práctica con los cadáveres de personas impías. Incluso los impíos que estén vivos en el fin de los tiempos serán quemados para nunca resucitar. Y es precisamente por eso que en el judaísmo se prohíbe la cremación, porque ésta simboliza la extinción sin esperanza de resurrección.  La resurrección es la esperanza del judío fiel, y se cree que la cremación elimina esa posibilidad.
 Definitivamente, la cremación de los cadáveres de los fieles es una práctica pagana, sin base en las Escrituras.


domingo, 25 de septiembre de 2011

“QUIENES SON LOS FARICEOS”



Si usted menciona la palabra “fariseo” a un cristiano, la mayoría   inmediatamente pensará en  alguien “hipócrita” o legalista.” Muchos pensarán que el fariseo moderno es aquel que “dice y no hace,” según Mateo 23:2-3.   Pero pocas veces se da cuenta que, como resultado del estudio disciplinado de los fariseos, el mundo puede conocer al Dios bíblico.   Por siglos, los judíos han compartido la doctrina del monoteísmo con los gentiles, según creen en el Shemá: “Oye, oh
Israel, YHVH nuestro Dios, YHVH uno es” (Deut. 6:4).
Yeshúa (Jesús) sustentó esa creencia, afirmando que tal declaración es la más importante de todas las verdades.   Citó el verso directamente de la Torá cuando dijo: “Jesús respondió: El más  importante es: ‘Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es’” (Marcos 12:29). Muchos creen que las enseñanzas de Yeshúa(Jesus) y los autores del Nuevo Pacto  (Nuevo Testamento) eran originales, recibidas directamente por el Espíritu Santo. Eso es cierto, pero algunas de sus enseñanzas ya existían desde antes, procedentes de antiguas fuentes Judías y del Antiguo Testamento.

Yeshúa y el Talmud
Aunque el Talmud (comentario rabínico y tradicional judía sobre las Escrituras Hebreas) fue compilado entre los años 200 y 500 d.C., existía una colección de enseñanzas que recitaban los rabinos antes y durante el tiempo de Yeshúa.   Muchas de las citas en el Talmud (incluyendo algunos que vivieron luego del primer siglo), reflejan antiguas enseñanzas e interpretaciones de las Escrituras.   Por ejemplo, el rabino Yonatan ben Yosef  dijo:  “Pues es santo para ti; ha sido puesto [el shabat] en tus manos, no tú en sus manos” (Yoma 85b). De manera semejante, Yeshúa dijo: “El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo” (Marcos 2:27).
Las enseñanzas talmúdicas de los fariseos dicen: “Uno que mira con lujuria el dedo más pequeño de una mujer casada, es como si hubiese cometido adulterio con ella” (Kallah, Cap. 1).
Yeshúa(Jesus) enseñó algo parecido: “Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28).           La lista es interminable.    Muchas enseñanzas de Yeshúa (Jesus)que encontramos en Mateo 5:21-22, 45; 6:7; 11:25; 23:8; 25:40, 45, etc., pueden hallar su paralelo en el Talmud de los fariseos.
Lo mismo es cierto respecto a muchas enseñanzas de los apóstoles. Por ejemplo, los fariseos enseñaban que cada hombre es sacerdote del hogar. Ese tema es parte de lo que enseñó el apóstol Pedro, quien describió a los cristianos como “sacerdocio santo” (1 Pedro 2:9).
Los fariseos también enseñaban que el hogar era tan sagrado como el Templo.   Los cristianos no podemos contradecir eso.  Es muy triste cuando una persona adopta una actitud cuando está en la Iglesia, y otra cuando está en el hogar.
También expresándose  farisaicamente, el apóstol Pablo denominó la Palabra de Dios como la “espada del Espíritu” (Efesios 6:17).   
Su enseñanza era directa y aguda. El libro de Hebreos usa una descripción similar: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón”(Hebreos 4:12).     Cuando se acusaba a los fariseos de ser separatistas, Pablo dio la misma instrucción.
“‘Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos,’ dice el Señor; ‘y no toqueis lo inmundo, y yo os recibiré’”(2 Corintios 6:17).          La fe en Dios debe marcar al creyente como alguien diferente, como alguien “no de este mundo.” Tanto el fariseo como el cristiano deben distinguirse de las personas de este mundo.

Los Separados para Dios
El nombre “fariseo” viene del hebreo perushim (los separados). Se lee en el Midrash (porción del Talmud): “Como Yo estoy separado, estén ustedes separados.”     Levítico 11:44 dice: “...sed santos, porque yo soy santo...” Luego, Esdras 10:11 declara: “...separaos de los pueblos de esta tierra...” De esa manera vemos que el compromiso de los fariseos de ser diferentes no era una cosa inusual, sino el resultado de un corazón obediente.
Pero los fariseos se oponían abiertamente a Yeshúa y Su ministerio, y en los evangelios, Yeshúa habló severamente de ellos.  “¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio” (Mateo 23:26).   Sin embargo, quizás hemos malinterpretado su crítica.   El rabino mesiánico David Rosen dijo:  “Cuando Jesús criticaba a los fariseos, lo hacía como un rabino criticando a otro rabino, diciendo, ‘¡Ustedes rabinos están negando lo que son!   Precisamente porque son rabinos, ustedes deben saber mejor que los demás, y su pecado es mayor.’ Desde mi perspectiva tradicional judía de que los fariseos eran los maestros del judaísmo rabínico, Jesús no estaría criticando a todos los fariseos; especialmente, como me parece, si Él era parte de esa misma comunidad.  De hecho, me parece que sería incorrecto deducir que estaba dirigiéndose a todos los fariseos; eso implicaría que Jesús estaba juzgando y estigmatizando a toda la comunidad, lo que iría en contra de los valores religiosos más sublimes que predicaba. Por eso, estoy convencido de que Jesús criticaba sólo a
algunos fariseos, no a todos los fariseos.”
El catedrático cristiano Brad H. Young, quien posee un maravilloso entendimiento de este tema, escribió: “Los fariseos criticaban la hipocresía dentro de sus propios rangos.  Ellos procuraban la
verdadera  renovación espiritual.  Quizás sería mejor ver la crítica de Jesús de esa misma manera.  Él tenía la esperanza de que Su crítica pudiese ocasionar una revitalización espiritual dentro del movimiento
farisaico.  El hecho de que señaló específicamente a los fariseos, y les exigió un despertamiento espiritual de santidad que fluía desde el interior, junto con el exterior, debe significar que Jesús estaba cerca
de los fariseos en enseñanza y práctica.  De hecho, casi todas las religiones tienen una tendencia natural de anhelar un alto nivel de conducta moral, mientras algunos miembros de los fieles no  alcanzan los estándares teóricos.  Por la manera en que los maestros y educadores cristianos critican a los fariseos, es realmente cuestionable si esos mismos líderes eclesiásticos viven en privado lo que predican y viven en público.”
De la misma manera, también hay cristianos “ciegos.”  El apóstol Santiago aconsejó a los de su día que se arreglaran con Dios. “Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, 4pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Sant. 4:8).    Aunque los maestros del primer siglo exhortaban a sus miembros para que procuraran la santidad, eso no significaba que toda la Iglesia vivía en pecado.  Simplemente exhortaban a los nuevos cristianos
para que procuraran imitar las características de Dios.
Ciertamente, Yeshúa(Jesus) describió a los fariseos en los términos menos halagadores posibles.
“El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos” (Lucas 18:11). Condenaba su orgullo de manera muy contundente.   Pero por otro lado, Gamaliel, un fariseo muy respetado de mitad del siglo primero, evitó que Pedro y los demás apóstoles fuesen castigados (Hechos 5).    También discipuló a Pablo (entonces Saulo), quien abiertamente hablaba sobre sus raíces farisaicas (Hechos 23:6; Fil. 3:5), y describió a los fariseos como “la secta más estricta de nuestra religión” (Hechos 26:5).

Judaísmo durante tiempos de Yeshúa (Jesus)
Existían cinco sectas en el judaísmo durante el ministerio de Yeshúa: los fariseos, los esenios, los saduceos, los zelotes, y los seguidores de Juan el Bautista. El Nuevo Testamento no hace mención de los esenios. Ellos se consideraban ser “hijos de la luz,” en contraste con los “hijos de las tinieblas.”   Miembros de la comunidad vivían de manera muy rigurosa y disciplinada, esperando que Dios pronto interviniese decisivamente en el curso de la historia.
Ellos creían que toda la vida estaba predestinada. También creían que el sumo sacerdote del templo en Jerusalén fue elegido bajo circunstancias nebulosas, y por eso rechazaban todo su servicio en el templo.
Se cree que el término de “saduceo” proviene del nombre del sumo sacerdote Sadok, quien sirvió durante tiempos del rey David. El grupo era compuesto principalmente de la clase alta helenizada, y procuraban crear una vida comunitaria estable.   Ellos creían que las personas tenían total libre albedrío, y no creían en la vida después de la muerte. Reconocían las escrituras de Moisés, pero no la Ley Oral, cosas que alegadamente habló Moisés, pero no anotadas por él. (Fueron redactadas luego, tomando el nombre de la Mishná.) Los saduceos creían que los fariseos enfatizaban demasiado la tradición. Tenían una poderosa influencia  sobre el Sanedrín, los jueces judíos quienes constituían la corte suprema y el cuerpo judicial de la antigua Israel.
Los zelotes eran apasionadamente nacionalistas, y peleaban contra los enemigos de Israel con puño y espada. Más tarde en la historia, los zelotes organizaron una revuelta y resistencia armada contra los romanos.   Los últimos zelotes murieron sobre Masada en 73 d.C., donde fue aplastada dicha rebelión.   Simón, uno de los discípulos de Yeshúa, era zelote, por eso su actitud de defender a su maestro con la espada cuando o vinieron a arrestar.
En cuanto al origen de los fariseos, los teólogos continúan debatiendo el asunto sin llegar a una conclusión definitiva.   Algunos dicen que su secta comenzó en tiempos de Esdras, como en el año 450 a.C.    La fuente judía “Sabiduría de Josué” es un documento que hace referencia
a los fariseos alrededor del 250 a.C.   Otra opinión es que el grupo surgió un poco después de la Revuelta de los Macabeos (167 a.C.) de un grupo llamado los hasideanos.   Se les llamaba “los fieles,” porque protegían la vida judía de la influencia cultural griega, razón por la cual también
se opusieron a los gentiles en la Iglesia varios años más tarde.
Durante la Revuelta de los Macabeos,  los hasideanos se oponían a sus líderes quienes violaban la ley judía.    Debido a su profunda pasión por la pureza levítica, eventualmente se separaron de la nación y formaron varios grupos, incluyendo el de los esenios y posiblemente los fariseos. Su influencia fue poderosa por casi cien años, aunque nunca procuraron el poder político.   Cuando llegó Yeshúa(Jesus), los fariseos eran los de mayor influencia en el pensamiento religioso.    El historiador Josefo, también fariseo, dijo que tenían “mucha influencia entre el pueblo; todas las oraciones y los ritos sagrados de adoración a Dios eran realizadas según su  exposición.”    Josefo recalcó que eso ilustraba “la excelencia de los fariseos” y la alta estima que  tenían entre el pueblo.

Según Jewish Encyclopedia [Enciclopedia Judía], los fariseos formaron una hermandad llamada javurá, admitiendo solamente a quienes, en presencia de tres miembros, juraban lealtad a la observación más estricta de pureza levítica. Dicha decisión exigía el rechazo del Am haAretz, o la ignorante clase baja, los infieles. Ese compromiso con la pureza levítica y el rechazo del Am haAretz produjo conflicto entre los fariseos y la Iglesia luego de que Yeshúa(Jesus) se reuniera con el Padre. Ellos tenían un serio problema con la entrada de los gentiles a la comunidad, y
rehusaron recibirlos sin la requerida circuncisión ritual.
Los fariseos tenían que cumplir con los diezmos y las instrucciones bíblicas dadas a los sacerdotes. Dentro del fariseísmo, los escribas eran personas estudiosas, pero la mayoría del grupo eran personas comunes del pueblo.  Ellos creían en la intervención divina en sus vidas y en la comunidad. Contrario a lo que comúnmente pensamos, los fariseos no enseñaban que uno lograba la salvación por guardar la Torá, sino que la Torá debe ser guardada porque es la máxima revelación de Dios.
Eso debió ser la motivación tras el mensaje del apóstol Juan: “Nosotros le amamos, porque El nos amó primero” (1 Juan 4:19). Los fariseos también seguían la Ley Oral, compromiso que hacían los fariseos con las tradiciones judías de generación en generación.
Fueron los fariseos quienes mantuvieron unido al pueblo judío luego de la destrucción del Segundo Templo.    El pueblo judío que no había aceptado a Yeshúa como el Mesías atravesó enormes dilemas, como: ¿De qué manera se podía lograr expiación por los pecados sin el
Templo?   ¿Cómo se podía explicar el desastroso resultado luego de la revuelta?   ¿Cómo vivir en un mundo romanizado luego de la destrucción del Templo?   ¿Cómo relacionar el presente con las pasadas tradiciones?   Los diversos grupos sectarios comenzaron a desaparecer durante esos tiempos, pero los fariseos dieron lugar al nuevo judaísmo rabínico.   Una historia dice: “El Templo está destruido. Ya no presenciamos su gloria. Pero el rabino Josué la vio. Y cuando un
día miraba al Templo en ruinas, rompió en sollozos. ‘¡Ay de nosotros! ¡El lugar que expiaba para los pecados de todo el pueblo de Israel ahora yace en ruinas!’ Entonces el rabino Yohanan ben Zakai le habló estas palabras consoladoras: ‘No te aflijas, hijo mío. Hay otra manera de lograr la expiación, aunque el Templo está destruido. Ahora debemos alcanzar la expiación ritual por medio de actos de misericordia.”
Algunos comentaristas judíos dicen: “La dedicación de la comunidad farisaica en debatir [las Escrituras] como rasgo honroso, en lugar de [aceptar opiniones] como producto del sectarismo, emergió como la característica distintiva del judaísmo rabínico.”

Hillel y Shammai
La Escuela de Hillel y la Escuela de Shamai eran las divisiones principales dentro del fariseísmo. El rabino Hillel era abuelo de Gamaliel, autoridad influyente en el Sandrín y maestro ilustre de Saúl, quien luego sería el gran expositor cristiano llamado Pablo.   Hillel vivió
alrededor del 20 a.C. Era de la línea de David, y su conocimiento y sabiduría grandemente impactó el judaísmo y cristianismo en las décadas subsiguientes.
La Enciclopedia Ilumina dice: “Hay muchas historias que describen el carácter de Hillel, ilustrándolo como un hombre de gran humildad y extrema paciencia, que procuraba la paz aún a expensas de la verdad. Usualmente lo contrastan con su colega Shammai, quien es
ilustrado como un hombre impaciente y de mal temperamento. La historia más famosa cuenta de un pagano que se acercó a Shammai para convertirse al judaísmo, con la condición de que le enseñara toda la Ley mientras estuviese parado en una pierna.  Shammai lo rechazó, y entonces el pagano buscó a Hillel.  Hillel le respondió: ‘Lo que no quieres que te hagan, no lo hagas a tu prójimo; esa es toda la ley, y el resto es comentario. Ahora ve y apréndelo.’ [Talmud Babilónico, Shabbat, 31a]. En Mateo encontramos lo que los cristianos llamamos la Regla de Oro, que dice: “Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas” (Mateo 7:12).
Existen numerosos relatos en el Talmud que recalcan la lucha entre dichos maestros de la Torá.   Brad Young también escribió: “La actitud de Hillel era más aceptable a Dios.   Su paciencia y temperamento bondadoso eran legendarios en la literatura talmúdica.   Se recuerda a Shammai por su corta paciencia e irritación cuando le hacían preguntas impertinentes.”
También se reconocía a Shammai por su estricta interpretación de las Escrituras, y creía que se debería hacer una marcada separación entre los judíos y los gentiles.   El Talmud dice que cuando declaraba una ordenanza contraria a la opinión de Hillel, el día era “tan gravoso
para Israel como el día en que se hizo el becerro [de oro]” (Shabbat, 17a).  Con más frecuencia, Yeshúa(Jesus) prefería la Escuela de Hillel que la de Shammai.  Claro está, uno de los alumnos mejor conocidos de la Escuela de Hillel lo era Pablo, y es importante que recordemos eso.
En la introducción del libro de Brad Young, Paul, the Jewish Theologian [Pablo, el Teólogo Judío], el rabino Dr. Burton Visotzky escribió: “Al enfocar solamente en las misiones de Pablo entre los gentiles, al ignorar su trasfondo farisaico y sus profundas raíces judías, la Iglesia se aleja de su base en el judaísmo, aún cuando [la Iglesia] alega ser la verdadera Israel... Cada judío reconoce que Pablo era fariseo de corazón. Aunque es posible que su mensaje no sea igual que el más moderno judaísmo rabínico, porque ningún judío rabínico distinguiría entre la fe y las obras, las raíces farisaicas de Pablo son muy claras. Eso no es sólo por las propias referencias de Pablo respecto a su educación farisaica, sino también por la esencia de su predicación y enseñanza.
Nos conviene a todos, tanto cristianos o judíos, que recordemos que
surgimos de la misma base bíblica de la Israel bíblica.”

Sentados en la Cátedra (Asiento) de Moisés
La parábola del fariseo y el colector de impuestos durante la oración es muy provocativa (Lucas 18:10-14).   Las cualidades que uno pudiera atribuir a un colector de impuestos, Yeshúa(Jesus) los adjudicó al fariseo. Sin embargo, el colector de impuestos era más frecuentemente malvado y siniestro, mientras que el fariseo era usualmente un pilar de rectitud.  Por lo tanto, muchos teólogos opinan que el poder de dicha parábola consiste en su inversión de roles. Sin embargo, en Mateo 23:2-3, Yeshúa(Jesus) apoyó a los fariseos cuando dijo:
“Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen...” En esos tiempos, los que ocupaban la cátedra o asiento de Moisés eran maestros de gran altura.  Se les otorgaba mucha honra al interpretar la Ley de Moisés.  Yeshúa(Jesus) aconsejó a la gente que obedeciesen las interpretaciones bíblicas de los escribas y los fariseos, pero les advirtió que no siguieran su ejemplo:
“pero no hagáis conforme a sus obras.” Yeshúa(Jesus) frecuentemente señalaba que los fariseos no vivían según la Ley de Moisés (Mateo 15:3-6; 23:4; 16-22).
Cuando los cristianos hablamos acerca de los fariseos modernos, nos
referimos a personas legalistas, pero olvidamos el endoso divino a su autoridad para interpretar las Escrituras.   Brad Young también comenta: “Algunos cristianos quieren que el cristianismo se desligue totalmente de cualquier vestigio de judaísmo antiguo.”
El hecho es que Yeshúa(Jesus) frecuentemente enseñaba usando antiguas fuentes judías, y siempre afirmaba la Torá.  Algunos se burlan de la enorme diligencia y el esmero en que el pueblo judío vive su fe.   Young lo explica así: “Pequeñas medidas de amor, perdón y reconciliación hacen que el poder sanador del reino de Dios sea liberado en medio de un mundo en sufrimiento.
El aprender teología no es suficiente; el discípulo de Jesús debe caminar en obediencia. El verdadero cristianismo, que honra la vida y las enseñanzas de Jesús, deben estar arraigado en lo mejor del verdadero judaísmo.”
Concluiremos nuestra discusión con las palabras de Yeshúa(Jesus): “No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni
una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.  Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.  Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:17-20). Los cristianos pueden apreciar mejor a los fariseos; y nosotros, como los fariseos, debemos hacer más que meramente enseñar teología – la debemos vivir.
                                                       En Yeshua el Mesias.

viernes, 16 de septiembre de 2011

'EL-SHADAY


TITULOS DADOS A DIOS

‘EL-SHADDAY, traducido como Dios Todopoderoso o Dios Omnipotente.  La palabra ‘EL significa el que es fuerte o poderoso.  El calificativo SHADDAY se compone de la palabra Hebrea  shad= el pecho, que es posible inferir el pecho materno.  Dios es porque El nutre y da poder, y en un sentido más amplio, es el que satisface y se derrama a sí mismo en la vida del creyente.  El niño lactante no solo encuentra en el pecho maternal calidez y sustento, sino también refugio, satisfacción plena, quietud y descanso.  De hacho, fuera del pecho materno, el niño no necesita nada.  ‘EL-SHADDAY es entonces el nombre con el cual Dios se presenta como Sustentador y Fortalecedor, y nada es necesario aparte de El.  Quizá  Todo-suficiente sería la palabra que mejor lo describa, pero ‘EL-SHADDAY no solamente sustenta y fortalece, sino también hace que el creyente sea fructífero.  En ninguna otra parte de la Escritura se ilustra mejor esta verdad que en el pasaje donde este nombre ocurre por vez primera (Genesis 17. 1:8).    A un hombre de noventa y nueve años de edad, el cual estaba ya casi muerto(Hebreos 11.12), el Señor le dijo: Yo soy ‘EL-SHADDAY ……te multiplicaré en gra manera.  Más de un siglo después, el nombre ‘EL-SHADDAY es invocado por primera vez, en labios de Isaac para bendecir a su hijo Jacob(Genesis 28 .1:3). Pero ‘EL-SHADDAY hece fructificar mediante bendiciones, sino también por medio de pruebas.   De alli que SHADDAY sea el nombre característico de Dios en el libro de Job, donde ocurre la mayoría de registros.   La mano de SHADDAY cae sobre Job, el mejor hombre de su tiempo, no como resultado de juicio, sino con el propósito de presentarlo ante el torbellino (Job 38.1) , para que sus oídos entiendan los razonamientos de SHADDAY  (Job 38.1 – 41.34), y sus ojos puedan verlo (Job 42.5) .   Esta breve explicación muestra cuán importante es para el lector entender las características de éste o cualquier otro apelativo del Dios de la biblia.  Es lamentable desde todo punto de vista entonces, que SHADDAY haya sido traducido, ya sea por Todopoderoso u Omnipotente.   En realidad su primer nombre ‘EL es suficiente para indicar omnipotencia.    Ante éste y similares dilemmas, no podemos hallar mejor solución que su transliteración.



jueves, 15 de septiembre de 2011

LA IGLESIA vs. ISRAEL

                 
No recuerdo el momento exacto, y menos aun el día, pero en algún momento, hace muchos años atrás, tal vez 30 años o mas, estudiando en un seminario bíblico en Buenos Aires, Argentina, algo comenzó a cambiar en mi. Una de las materias a cursar era historia bíblica,entonces  comencé a tener algún conocimiento, que no tenia, del pueblo escogido por Dios, Israel.   A tal punto fue mi asombro, o mejor dicho, mi descubrimiento de este pueblo, que me enamore de Israel.   Con el impulso de un muchacho de 18 o 19 años, fui a hablar con un pastor-rabino (algo raro para mi, que ni idea tenia de lo que era un grupo llamado mesiánico, tal vez ni así se llamaban) para decirle que me quería ir a vivir a Israel.   Luego con el transcurso de los años, y con el compromiso de la iglesia local, todo esto comenzó a quedar de lado, pero nunca a olvidarlo.    Por supuesto que muchísimas cosas han pasado durante este tiempo, pero hoy, 30 años después,vuelve a surgir este sentimiento, esta necesidad, este amor, pero esta vez no es por un seminario ni por una entidad en particular, porque entre esas muchísimas cosas que pasaron, ya no estoy mas en mi país, ni siquiera en Argentina, hoy, muy lejos, en Estados Unidos de Norteamérica, comienza a brotar nuevamente en mi esta inquietud  por este pueblo, que fue el depositante de la bendita , eterna, e inamovible,  palabra de Dios. ¿ Y quien fue la responsable de que brotara nuevamente en mi este deseo y sed del conocimiento de este pueblo?   LA IGLESIA. el gran desconocimiento de parte de la iglesia para con este pueblo, la abismal separación que hoy es palpable en la gran mayoría de los pulpitos, las mentiras que se han dicho y enseñado durante tanto tiempo, y no me refiero a la iglesia contemporánea, aunque esta incluida, sino al transcurso del tiempo y los años,  las maquiavélicas traducciones biblicas , que hoy en dia florecen como cualquier pasto silvestre, y lo peor, pertenecer a una iglesia, cualquiera sea la denominación, y decir que uno quiere acercarse al judaísmo para conocer mas de nuestras raíces, conocer mas de nuestro Mesias y Salvador, Yeshua(Jesus),es automáticamente tildado de Judio, y observado de costadito, no sea cosa que este sea la base de una separación en la iglesia.   Por todo esto, y mas, es que comienzo a investigar, a aprender ( y recién empiezo), y a compartir, y desde hace unos cuantos meses atrás, y he sentido de parte del Señor compartirlo a travez de lo que vengo haciendo como medio de vida, esto es los medios audiovisuales. Lo único que persigo es que todo esto sea de gran bendición y que ponga el nombre de nuestro único y verdadero Dios bien en alto.


  
Al observar hoy en dia  a Israel  y a la iglesia, vemos con toda claridad dos entidades totalmente separadas e independientes una de la otra.  Han pasado muchas cosas en el transcurso de estos últimos 2000 años (desafortunadas, preparadas, premeditadas, etc) y esta claro  que, tanto la Iglesia como la Sinagoga se sienten satisfechos con esta  separación, y no existe ningún indicio ,de  ninguna de las dos partes, de tener el mas minimo deseo de acercamiento.  En efecto, cualquier idea de cambio haría sentirse incómodo a cualquiera de ambos grupos.   Entonces, es aquí donde comienzan las preguntas lógicas,  ¿fue esto siempre asi?,  y si no fue asi,  ¿Cómo y cuando surgió esta separación?  , ¿quien fue el responsable de todo esto?  , ¿fue esto idea de Dios o de los hombres, o mejor dicho, de la infatigable  ambicion humana?  Y asi como estas , sumándose a estos interrogantes, comienzan a surgir muchas preguntas mas , de las cuales el mayor porcentaje, por no decir todas, tienen una respuesta.  Para lograr que estas respuestas sean satisfactorias y claras, es necesario recurrir a la historia, a historiadores de la  época , a diferentes escritos (apócrifos), y recién ahí, comenzar a armar este rompecabezas, que no es un mero capricho, sino que fielmente creemos que Dios concibió estas dos entidades para estar juntas.
 Es en Jerusalén donde nace y se establece la primer iglesia. La misma estaba integrada exclusivamente por individuos de origen judío. De nuestro estudio del libro de los Hechos se desprende que los integrantes de la iglesia eran judíos observantes de la Torah en todo el sentido de la palabra. Evidentemente, estos creyentes adoraban, oraban y hacían culto en el Templo, “Y cierto día Pedro y Juan subían al templo a la hora novena, la de la oración.”1 Estos creyentes estudiaban en las sinagogas, “mas ellos, saliendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y en el día de reposo entraron a la sinagoga y se sentaron.”2 Resulta claro y obvio que los creyentes de la primera iglesia participaban en forma cotidiana su vida judía aunque individualmente eran diferentes. Cada quien había experimentado el poder del Espíritu Santo de Dios atrayéndolos ante Su presencia logrando el magnifico disfrute de sentir comunión con Dios. Milagros notables aparecen por intermedio de estos primeros creyentes. Todos pertenecían a la secta denominada El Camino3 y el nombre deja implícito eso mismo, el camino o vía de comunión directa con Dios. El Mesías Jesús declaró, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”4 La primera iglesia experimenta una impresionante comunión con Dios en el Mesías Jesús.
Concluimos entonces que la primera iglesia de Jerusalén aparece en el centro de la más grande comunidad Israelí, aunque es apartada de Israel por medio de una especial y única unción otorgada por Dios. Fue elección de Dios escoger a la Iglesia para distinguirla de Israel siguiendo la Iglesia en esta posición entre dos y diez años. Durante este tiempo, se suscitan conflictos entre los líderes de la secta del Camino (Iglesia) y los líderes de las otras sectas. No obstante, en ese entonces era muy común el antagonismo entre las diversas sectas judías.
La segunda medida importante tomada por Dios para separar o distinguir aún más la Iglesia de Israel sucede en Cesarea.5 Un centurión gentil de nombre Cornelio recibe una visión de Dios para comunicarse con el discípulo Pedro. Dios expresamente interviene paralelamente con otra revelación a Pedro convenciéndolo de ir a visitar el hogar de Cornelio. Pedro así lo hace, y al predicarle a Cornelio sobre Jesús, la familia toda del centurión recibe la misma sólida unción recibida anteriormente por los discípulos judíos en Yom Hashavuot (Día de Pentecostés).
“Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje. Y todos los creyentes que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, pues les oían hablar en lenguas y exaltar a Dios”6
Los creyentes de origen judío presentes en el hogar de Cornelio se asombrarían al ver como Dios derramaba esta unción distintiva sobre los creyentes de origen Gentil. Pedro, al confrontar el hecho, claramente comprende el hacer de Dios y recibe a los gentiles bautizándolos de inmediato. Este evento es trascendental debido a que estos Gentiles fueron libremente aceptados dentro de la comunidad judía o secta del Camino sin tener que cumplir los pasos acostumbrados de conversión requeridos por las Escrituras para un gentil a fin de ser aceptados finalmente en Israel. Como resultado se generará un gran conflicto.
Tiempo después, la Iglesia empezará a abrirse paso o extenderse entre los judíos de la diáspora o dispersión. Por todo el Imperio Romano el apóstol Pablo encabeza diversos viajes misioneros obteniendo muchos frutos al establecer un importante número de iglesias en las comunidades y ciudades Gentiles. Casi todo el Nuevo Testamento se compone de las cartas dirigidas por Pablo a las nuevas iglesias establecidas. En ese entonces, la Iglesia se auto-consideraba y era vista por los demás como parte integral de Israel, es decir, la Iglesia era una secta perteneciente al judaísmo, aunque la distinción o diferencia entre Israel y la Iglesia resultaba mas que evidente para todos.
Dios fue en conclusión, quien soberanamente establece la diferencia entre la Iglesia e Israel. La nación de Israel quedó santificada ante el resto de las naciones gracias al pacto hecho por Dios con anterioridad con Israel. La unción de Dios recibida por la Iglesia la santificó aun más distinguiéndola de Israel. Mas adelante explicaremos que Dios hizo todo esto con el fin de proveer en Israel de un vaso de unción complementario de Su accionar a través de Su pueblo. No creemos que la intención de Dios fuera iniciar un grupo completamente separado sin relación de identidad y funcionabilidad con Israel.
Los acontecimientos históricos mundiales también jugarían un papel importantísimo en la separación de la Iglesia. Desde los tiempos de Pompeyo (64 AC) Israel había sido sometida al dominio imperial Romano. Existían muchos en Israel ansiosos de destronar el dominio de Roma para poder conseguir un Estado Judío independiente. En el año 66 DC el grupo de los Zelotes obtiene cierta ventaja y estalla una guerra.7 Eventualmente, los ejércitos del imperio sitiarían Jerusalén cumpliendo a la letra la profecía dicha por Jesús cuarenta años antes,
 "Pero cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación está cerca. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella; porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas”. 8
Jesús expresamente instruye a Sus seguidores escapar al ver acercarse tal evento. Los discípulos así lo hicieron. Pero la comunidad israelí en general ve esta acción de los discípulos de Jesús como una traición. El emperador arrasa Jerusalén y el Templo, asesinando y capturando multitudes en Jerusalén y Judea. El conflicto entre Roma e Israel persistiría los próximos sesenta y cinco años hasta que Adriano finalmente logra someter a Israel al reprimir violentamente “la Rebelión de Bar Kochba”.
Los años comprendidos entre el 66 DC y el 135 DC fueron los más difíciles tanto para Israel como para la Iglesia. La destrucción de Jerusalén y el Templo, instrumento que servia de importante conexión o relación unificadora entre ambos grupos, la Iglesia e Israel, se había roto. La fuerte e intensa persecución de judíos como cristianos obligó a ambos grupos a desarrollar una actitud de defensa entre ellos. El pueblo judío no podía pasar por alto la traición o abandono de la Iglesia durante los duros tiempos de la rebelión en contra de Roma. Paralelamente, la Iglesia empieza a descubrir lo ventajoso que le resulta ser independiente de Israel y comienza a abrazar una identidad universal (católica, no-nacional).
Al asumir las posiciones de liderazgo los hombres  de origen gentil de la Iglesia, el vínculo con Israel se debilita aún mucho más. Leemos en la epístola de Ignacio a los Magnesios escrita alrededor del año 110 DC, que pronto el día del Shabat sería ignorado animándose la Iglesia a celebrar la adoración de Dios el primer día de la semana. “Porque si ellos que vivían conforme a las antiguas leyes no obstante han venido a la nueva esperanza, no observando ya el Shabat, sino el día del Señor, día en que alboreó nuestra vida por El y por su muerte, la cual aun algunos niegan.”9 Se le llamó Día del Señor a raíz de la resurrección de Jesús ocurrida ese día de la semana. Pronto, se vería al pueblo judío desarraigado o cortado del plan Divino y nacería el argumento teológico que la iglesia había reemplazado a Israel convirtiéndose ahora en el “Nuevo Israel”. Con el pasar de los años, el resto de las festividades o fiestas bíblicas se reemplazaron por otras celebraciones cristianas.
Por último, en la era del emperador Constantino, la iglesia lograría establecer su concepto sobre el ser de Dios. Se cambia la visión Divina del Santo de Israel que unge Su único Mesías por medio de Su Ruah Hakodesh (Espíritu Santo) para luego con el mismo espíritu ungir Su vaso escogido (la Iglesia), y se re-define la visión de Dios ahora como Santísima Trinidad Mística (tres manifestaciones coexistentes e iguales que componen el Ser de Dios). Debido a que semejante definición es directamente contraria a la revelación mostrada por la Biblia, la Iglesia sella en definitiva la separación existente entre la Iglesia e Israel.
Con la destrucción del Templo, Israel replantea su obrar y fe. Para el 200 DC se escribe la interpretación oral de la Ley, el Mishna. En los próximos siglos la Gemara complementaría el Mishna para formar el Talmud La adoración que anteriormente se llevaba a cabo en el templo ahora se ejecutaría en la sinagoga además de cada hogar judío. Israel se preparó muy bien para sobrevivir el exilio.
Así, hoy, podemos observar dos entidades en el mundo: la Iglesia y la Sinagoga. Cada entidad niega su conexión con la otra; ambas se sienten confortables en estar apartadas. Pero es obvio que Dios nunca quiso ni propuso tal separación. De acuerdo con la exhortación de Pablo a los Romanos, la Iglesia deberá verse a sí misma injertada en el rico olivo natural que es Israel o en su defecto será cortada. Pablo dijo específicamente a la Iglesia,
“No seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a ti. Dirás entonces: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. Muy cierto; fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.” 10
En otra parte, Pablo describiría a los creyentes formando parte de “la Ciudadanía de Israel”.11 Es claro que la intención de Dios es que la Iglesia comparta una identidad común con Israel. La Iglesia debía ser una extensión pura de Israel distinguiéndose por la unción de Dios recibida, pero siempre en unidad, integrada en propósito e identidad. Dios nunca concibió dos árboles de olivo. Pensó en uno solo y este es Israel. Olivo enraizado en pacto, Torah, tierra y pueblo, madurando en unción con el objetivo global de introducir el Reino de Dios al mundo. Hoy, Dios llama a la Iglesia al arrepentimiento de adoptar una identidad diferente y separada. Dios llama a la Iglesia a humillarse reconociendo sus orígenes, lazos y relación con Israel, su verdadera “Raíz Hebrea”.
                                                                                            Shalom. 


1 Hechos 3:1
2 Hechos 13:14
3 Hechos 9:2
4 Juan 14:6
5 Hechos 10
6 Hechos 10:44-46a
7 Marvin Wilson, Our Father Abraham, Grand Rapids and Dayton, 1989, pg. 75
8 Lucas 21:20-22
9 Ignacio a los Magnesios 3:3
10 Romanos 11:18-21
11 Efesios 2:12